Sin embargo, resulta relevante contrastar este dato con los bajos índices de involucramiento personal de los Jesuitas, como la escasa frecuencia con la que se informan sobre la Iglesia (como lo indican los resultados de la encuesta, con pocos encuestados indicando un hábito frecuente de leer documentos o informarse sobre decisiones eclesiales). Además, la baja participación personal en la renovación eclesial, específicamente en el acompañamiento a grupos laicales o la participación en procesos sinodales, plantea una reflexión importante sobre cómo la actitud hacia la renovación puede ser más de palabra que de acción.